Nada es más cierto que la frase que afirma que la educación comienza desde el hogar, donde los adultos son los principales y primeros educadores de los niños, además que la forma que son tratados en casa, determinará la forma en que se comportarán con las demás personas.
Los valores desde la casa
Aprender valores ayuda al niño a crecer y ser mejor persona en su vida, lo que conlleva a una mejor sociedad, cuyo aprendizaje debe darse desde la familia.
Los valores son transmitidos desde el hogar, desde la convivencia, con el establecimiento de normas y actitudes. De esta forma los pequeños aprenden a tener confianza en sí mismos, como también sentirse amados y tomados en cuenta.
Por ello, la educación en casa debe hacerse desde los valores, que son el medio y el fin del acto educativo, entendiéndolo como cualidades de las personas que van adquiriendo, formando a mejores seres humanos y reflejando la personalidad de los individuos.
Estos existen desde la vida, la libertad y el amor que nos permiten hacer ejercicio de ellos, cuidando a los demás aplicando un valor a beneficio propio o de otro.
Igualmente, las acciones positivas que relacionamos con los valores fundamentales, para implementar una educación adecuada y formación de los hijos, son:
- Respeto
- Responsabilidad
- Honestidad
Una buena forma de promover el crecimiento de nuestros hijos en valores:
- Educarlos sobre la importancia de compartir
- Premiar la obediencia, enfatizando en hacerlos sentir que aportan algo cuando actúan de esta forma, para hacerlos sentir responsables al colaborar
- Asignarles obligaciones y responsabilidad, para ayudarlos a procesar esfuerzos y límites de participación
- Buscar que asuman las consecuencia de sus decisiones y sus actos
- Fomentar la generosidad en ellos, desprendiéndose de cosas que ya no utilizan y que pueden servirle a otros
- Evitar facilitarles de forma inmediata todo lo que quieren, enseñándoles a esperar y a desarrollar la tolerancia
Educando con honestidad
Como adultos, también está la importancia de aprender desde el ejemplo, sobre todo en mantener un comportamiento honesto, fomentando este valor en los más pequeños.
Mantener la honestidad y la transparencia en nuestros actos, especialmente frente a los más pequeños, haremos que ellos mantengan sus hábitos hacia la honestidad.
Igualmente, es importante enseñar a los niños a ser honestos consigo mismos y que mantener este comportamiento, los llevará a tener buenos amigos y reconocimientos entre ellos.
Los niños también pueden aprender sobre la honestidad a través de actividades lúdicas con sus padres, a través de la observación y conservación.