Los niños y niñas son los más vulnerables a la violencia en cualquier entorno social. La forma en que afecta en su desarrollo directa o indirectamente es permanente, haciendo esencial protegerlos e inculcar valores que determinarán los hombres y mujeres que serán en el futuro.
Ayudarles a entender la violencia
La violencia siempre ha estado presente en todas las sociedades y etapas históricas de la humanidad. Hoy en día esta muy presente en las interacciones humanas, tanto en grupo como de forma individual, así como, de forma indirecta y directa se ha extendido en todo el mundo.
Los niños y niños al ser los más vulnerables son los que se ven más afectados, sin ningún tipo de protección, se enfrentarán a situaciones como testigos o víctimas, sin entender lo que está pasando o por qué les ocurre a ellos.
Para entender su complejidad, la violencia es un acto, conducta y/o actitud con intención de causar un daño o sometimiento (físico, psíquico, sexual y/o verbal, entre otros) a una persona o colectivo, dejando una huella permanente en el desarrollo del niño o niñas que se vean afectados por estos actos.
El Dr. Eamon McCrory de la Universidad de Londres, determinó en un estudio que las pequeñas víctimas de un acto así comienzan a tener un patrón para defenderse, al mismo tiempo que se vuelven hipervigilantes, comparable al de los soldados tras combatir en una regla.
Consejos para protegerlos de la violencia
Aunque no podemos protegerlos de la violencia que ocupa el entorno, se puede protegerlos de sus consecuencias, educándoles para prevenir que se vean afectados por otros actos violentos, como parte de nuestro deber para que tengan un desarrollo sano. Para ello debemos,
- Prevenir y conciencizar como parte fundamental de su educación, mostrándoles como poner límites y los dañino de estos actos y condenarlos y rechazarlos. Al mismo tiempo que comienzan a reconocer los actos de violencia.
- Educación en valores y emocional, para protegerlos de los actos de violencias ya sucedidos, es importante ayudarlos a prepararse emocionalmente y recibir una educación en valores, para desarrollar su resiliencia que les de un criterio sobre las situaciones vividas y aprender a condenarlas desde un estado pacífico.
Las educaciones en valores se traducirá en acciones en el futuro, sin olvidar que la educación comienza en casa por lo que se debe formar demostrando y viviendo con los ejemplos para educarlos, además de mantener un sana comunicación con los pequeños, especialmente cuando comienzan la adolescencia.