En la actualidad, es sumamente difícil encontrar dibujos animados que, más que distraer a los niños, los eduquen. Si bien, la educación es una responsabilidad importante que debe recaer en las manos de los adultos, los elementos de distracción que les ofrecemos deben también aportar beneficios y valores en la formación que los pequeños están recibiendo.
A continuación, y adecuados a un estudio realizado en la Universidad de Granda (UGR), en España, te presentamos las características que deben tener los mejores programas para niños, de los que aprenderán y fomentarán los valores inculcados por los adultos que les rodean.
- Ausencia de un enemigo:
Los personajes no presentan rivalidad con ningún otro personaje, los problemas que puedan existir son de índole personal, es decir, vemos cómo los personajes deben superarse a sí mismos para poder lograr un objetivo específico. Esto evita recurrir a la violencia, lo que minimiza el uso de armas y golpes para forjar el entendimiento.
- Siempre arrojan una moraleja:
Tras completar la historia de cada episodio, el mismo debe cerrar con una moraleja, una enseñanza que los personajes guardan después de haber vivido una serie de aventuras. Usualmente, este aprendizaje es mostrado de manera clara y contundente. De esta manera, los niños entienden que después de todas las experiencias a las que se nos expone en la vida, habremos aprendido una lección.
- Exponen los valores más importantes:
De igual manera, los valores son mostrados en las relaciones entre los personajes. Muestran la competencia de manera sana, los personajes se apoyan unos a otros, no mienten y comparten sus pertenencias y opiniones con los otros. Esto hace que los niños sientan que su opinión cuenta, que son importantes y que debemos respetar y entender los puntos de vista de nuestros compañeros.
- Las opiniones son respetadas:
Sin importar el rol que desempeñen en la trama, la figura del adulto está siempre presente y debe respetar y escuchar las opiniones de los más pequeños. Al ver este ejemplo, los niños entienden que pueden expresarse sin miedo, que serán escuchados y que, al igual que la opinión de un adulto, su punto de vista es válido y respetado.
En sus momentos de distracción, los más jóvenes pueden pasar horas frente al televisor viendo sus programas favoritos, y, aunque muchas veces estos programas han sido diseñados para adecuarse a ciertas edades, es casi imposible tener control total de lo que los niños aprenden de la tv. Es importante que siempre se les supervise, puesto que, existen muchos dibujos animados que no son dirigidos al público infantil, y canalizar lo que aprendan ahí podría ser un tanto engorroso.